QUÉ ES
Pie equino
Podríamos decir que el pie equino o pie zambo no es una de las patologías más frecuentes; de hecho, se calcula que uno de cada mil niños lo padece, siendo el doble de frecuente en niños que en niñas, y afectando en el 50% de los casos a los dos pies.
Decimos que una persona tiene pie equino cuando éste se encuentra en posición de flexión permanente en la planta del pie; el pie está volcado hacia fuera mostrando la planta hacia dentro y con una malformación curvada por la parte exterior. Esta patología debe corregirse para evitar que otras partes del cuerpo se vean dañadas, como espalda, cadera o rodillas.
Entre las causas del pie equino encontramos: el factor genético, alteraciones neurológicas, causas traumáticas o secuelas de una poliomelitis, parálisis del músculo tibial anterior, episodios reumáticos o artrósicos, etc.
Dentro de las causas de tipo congénito, se considera que el pie equino es una de las malformaciones más significativas del pie durante el nacimiento. En cualquier caso, es importante que un podólogo profesional junto con un especialista en traumatología infantil, detecte los síntomas del pie equino y aplique el tratamiento adecuado.
SíNTOMAS
La deformidad de los dos pies es la prueba más evidente de que existe un pie equino. Esta malformación obliga al paciente a caminar de puntillas, pues su talón no consigue tener un punto de apoyo o de contacto con el suelo. Esto deriva en la aparición de claros síntomas del pie equino, como son:
- Dificultad para caminar con normalidad.
- Dificultad de utilizar un calzado normal.
- Cansancio físico, agotamiento y fatiga muscular.
- Lesiones provocadas directamente por la malformación, como los esguinces de repetición.
- Durezas, callosidades, rozaduras… debido al mal apoyo continuado del pie.
- Dolor en otras partes del cuerpo: dolor de espalda alta, dolor de espalda media, dolor de lumbares, dolor de rodilla o de cadera, dismetrías, escoliosis, etc.
TRATAMIENTO
El diagnóstico temprano de un pie equino es fundamental para evitar otras dolencias y para intentar no llegar a recurrir a la cirugía podológica. De no ser tratado a tiempo, el pie equino se puede agravar con el paso de los años y hacer que la persona vea limitada su movilidad, tanto en su día a día como a la hora de practicar deporte.
En función de la edad, la gravedad, el origen… el pie equino necesitará de un tratamiento u otro. En los casos de pie equino congénito, éste se intenta corregir al nacer mediante rehabilitación y estiramientos que ayuden a corregir la malformación.
En la edad adulta, se ha demostrado la gran efectividad de las plantillas personalizadas para corregir el pie equino. En dePie diseñamos y fabricamos plantillas terapéuticas para pie equino, que consiguen compensar la deformidad del pie equino y hacen que la persona pueda ir caminando mejor cada vez.
Solo en los casos más graves, el podólogo indicará la necesidad de recurrir a la cirugía podológica para eliminar el pie equino.